miércoles, 24 de marzo de 2010

Dánae


En la mitología griega Dánae era una hija de Acrisio, rey de Argos, y Eurídice, hija de Lacedemón. Fue madre de Perseo con Zeus. A veces se le acreditaba la fundación de la ciudad de Ardea en el Lacio.


Decepcionado por carecer de herederos varones, Acrisio pidió un oráculo para saber si esto cambiaría. El oráculo le dijo que fuese al fin de la Tierra donde sería asesinado por el hijo de su hija. Para que esta no tuviese hijos, Acrisio la encerró en una torre de bronce o en una cueva. Pero Zeus la alcanzó transformado en ducha o lluvia de oro (aunque otras versiones afirman que en realidad se hizo pasar por un general del padre de la muchacha y sobornó al centinela que la guardaba para poder pasar) [cita requerida] y la dejó embarazada. Poco después nació su hijo Perseo.



Enfadado pero sin querer provocar la ira de los dioses matando al descendiente de Zeus, Acrisio arrojó a Dánae y Perseo al mar en un cofre de madera. El mar fue calmado por Poseidón a petición de Zeus y ambos sobrevivieron. Alcanzaron la costa de la isla de Serifos, donde fueron recogidos por Dictis, hermano del rey de la isla, Polidectes, quien crió a Perseo.
Más tarde, después de que Perseo matase a la
Medusa y rescatase a Andrómeda, la profecía del oráculo se hizo realidad.



Partió hacia Argos, pero como conocía la profecía marchó antes a
Larisa, donde se celebraban unos juegos atléticos. Acrisio estaba allí por casualidad, y Perseo le golpeó accidentalmente con su jabalina o su disco, cumpliendo la profecía. Demasiado avergonzado para regresar a Argos, dio entonces el reino a su sobrino Megapentes y conquistó el reino de Tirinto, fundando también Micenas y Midea allí.

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